lunes, 4 de febrero de 2008

Del Evangelio según Renato

Carta a Wichily McCoy
por Renato, Cazador de Tatuajes
Epístola ilustrada por Tlacuiloco

Querido Gerardo, escucho una melodía larga y caótica; las notas que la componen son tantas, que podría originar una infinidad de historias. A mi mente, sólo viene tu rostro.

Tlacuiloco, lo sabes bien, en esta enfermedad terminal de transmisión sexual que llamamos vida, nunca nos conocimos. No fuimos presentados, a pesar de que yo fui, soy y seré amigo de la mitad de tu esencia, tu partner in crime, tu gemelo Agustín (mi gurú y mecenas). Quiero pensar que esto implica que de alguna manera, nos conocimos.

Lloré mucho el día de tu muerte, Gerardo, como siempre que enfrento ese amargo y cochino sabor a irreversibilidad que los vivos sentimos en el fondo de la garganta al enterarnos de una partida. Lloré sin duda por el dolor que nuestro amigo y hermano transmitió en el momento de anunciarlo; sin embargo, admito que lloré también porque te fuiste... y yo no pude estrechar tu mano, no pude decirte que te admiro por una enorme cantidad de razones, porque no pude emborracharme contigo ni escuchar tus anécdotas del underground mexicano, si tal cosa existe. Te pido disculpas, los que aún respiramos somos unos egoístas.

Hoy, unos días después, creo que me sentiría triste si mientras estuviste con nosotros hubieras sido uno de tantos oficinistas grises, inmersos en una vida que asemeja la rueda de un ratón. Pero como mientras respirabas estuviste cantando, tocando, amando, pensando y creando, definitivamente vivir como tú viviste, es morir de amor (parir chayotes) y es estúpido llorar por alguien que vivió tanto y tan intensamente.

Ahora, mientras vuelve a comenzar la melodía, veo la escena final de todo western que se respete: al misterioso forastero que cabalga lentamente hacia el atardecer. Nunca nos dijo su nombre – piensan los que lo despiden - pero sin duda limpió este pueblo.

El nombre del forastero -explica el director en el comentario del DVD remasterizado - es Wichily McCoy, la voz más rasposa del Oeste: El está vivo, nosotros, aún no existimos.

Yo soy la Mosca, la Verdad y la Vida
Concierto para Gerardo María Aguilar Tagle
1955-2007
Misa de Blues y Rocanrol en Honor a un Hombre Indispensable
Viernes 18 de enero de 2008

Ruta 61
Celebran Las Señoritas de Aviñón y Vieja Estación


0 Comentarios:

Publicar un comentario

Suscribirse a Comentarios de la entrada [Atom]

<< Página Principal